Continuando con la historia de mi vida de cómo es que estoy en este mundo de la moda, si no has leído el post La MODA presente en mi infancia te recomiendo leerlo, para que una vez en contexto puedas entender esta segunda parte mejor. Después de que descubrí a una muy corta edad que me gustaba diseñar y confeccionar ropa para muñecas y las comercializaba con mis amigas de la escuela, de repente a los diez años llegó esta etapa de mi vida, la pubertad. Recuerdo perfecto que era el año 2000 y mi prima tendría su fiesta de 15 años (fiesta formal donde los hombres visten de traje y las mujeres con vestidos elegantes). Mi mamá me llevaba a las tiendas para que yo eligiera mi atuendo, pero no encontraba nada que me gustara, y no porque no hubiera prendas bonitas en las tiendas, realmente era porque no me sentía una niña cómo para usar vestido ampón con olanes, y tampoco quería verme como una adolescente buscando novio con un vestido coqueto, recuerdo perfectamente que tenia en mente algo perfecto para mí, pero no sabia como confeccionar prendas a escala real, realice intentos fallidos, descubrí que necesitaba saber de patronaje. Termine usando en la fiesta un pantalón de vestir con una blusa “x”, eso fue lo que más se adapto a mi gusto en ese momento. Esta frustración que viví fue la primera causa de querer saber confeccionar prendas. Recuerdo que algunas veces acompañaba a mis papás a las tiendas de telas, yo veía tantos colores, texturas, hilos, listones, recuerdo como podía imaginar una prenda con sólo ver el textil, cómo si cada rollo tuviera integrada una fotografía imaginaria de la prenda que debería ser confeccionada con ella. Pero me iba de las tiendas con muchas ideas que se perdían en el aire, podía comprar la tela pero no sabía ni cómo empezar. Mi tía Geor sabía que me gustaba el diseño de modas, y de repente un día llego a la casa con una noticia que alegró mi corazón. Le contó a mi mamá que había encontrado en Morelia (ciudad a una hora de Moroleón) una escuela de Diseño de Modas, en donde además del diseño impartían cursos sabatinos de corte y confección, alta costura y sastrería. Sin más, ese mismo día mis papás, mis hermanos y yo nos fuimos en busca de la escuela. Mis papás reconocen que el principal objetivo de ese viaje a Morelia era más por ir de paseo. La escuela estaba en el centro de la Ciudad, cuando entre a la escuela déjenme describirles (tipo el primer capitulo de la primera temporada de VELVET cuando Ana descubre el taller de costura). Aunque yo siempre me la pasaba en el taller de mis papás, esta vez fue diferente porque cada persona realizaba prendas diferentes, entre todas había un lenguaje técnico que desconocía y que estaba desesperada por aprender, vi muchos colores, vi muchas sonrisas, definitivamente yo quería estar ahí.
El problema número uno era que yo solo tenía 12 años y apenas estaba por entrar a la secundaría, aun no me daban ni siquiera mi certificado de primaria y el problema numero dos es que la directora pensaba que era muy pequeña y que podía correr riesgos con las maquinas y no sabia que tanto podría aprender. Gracias a los poderes de persuasión de mis papás y al explicarles que yo ya tenía manejo de maquinas industriales es que puede entrar como oyente a la escuela. Sí has leído hasta aquí te agradezco profundamente tu tiempo, pensé que podría concluir en este post toda la historia, pero aún hay otra parte que dejaré para otro día. Hay muchas personas que no recuerdan muchas cosas de su infancia, yo soy de las que recuerdo muchas, tal vez por eso se me olvidan tantas en el presente, cuéntame, ¿Viviste algo a muy corta edad que marcara tu vida?
2 Comentarios
Kathy
9/19/2019 09:10:08 am
Es muy bonita tu historia espero saber mas de tu vida en el diseño de modas
Responder
9/25/2019 02:32:49 pm
Hola Kathy!!!
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