Estoy muy contenta de poder estar escribiendo de nuevo un poco ya que me desaparecí por un tiempo de este Blog. Algunas personas que me conocen recientemente se preguntan cómo es que siendo arquitecta me dedico al diseño de modas, pues les cuento que en realidad las personas que me conocen desde niña se sorprendieron cuando decidí estudiar arquitectura, para no hacer largo este post, iré dosificando esta historia de mi vida en partes. En esta ocasión les voy a contar como es qué estoy relacionada con el diseño y la moda desde que nací. Soy originaria de Moroleón, Guanajuato, México; en esta ciudad casi toda la población se dedica a algo relacionado con el ramo textil y aunque mis papás tienen sus carreras ellos no fueron la acepción. En Moroleón las personas crecemos con el ruido de las motocicletas y de los motores de las maquinas de coser, bordadoras y tejedoras, cada casa en su gran mayoría tienen un taller pequeño o grande. Desde que tengo uso de razón, recuerdo mi niñez en el taller de mis papás intentando realizar prendas para mis muñecas, me la pasaba horas y horas jugando con los recortes de telas sobrantes. Les muestro un dibujo que ha guardado mi papá desde 1995, él siempre ponía la fecha y el nombre de su hijo quien hacia las ilustraciones. Yo nací en 1990 así que a tan solo 5 años de edad, pueden darse cuenta la gran influencia que se puede llegar a tener cuando vives inmerso en este mundo de la costura. Recuerdo que llegue a tener maquinitas de juguete, pero no cosían bien, así que le pedía a las trabajadoras que cosieran mis inventos, “Rita cósele aquí”, “Maricela cósele acá”. El problema surgió cuando mis papás tenían el tiempo encima para cumplir con pedidos, por lo que me pidieron no molestar más a las muchachas del taller. No sé si han visto como funcionan las maquinas industriales de costura, éstas cosen muy rápido, o por lo menos a mi me lo parecía a los seis años de edad, pues mi mamá decidió enseñarme a manejar la maquina recta manualmente sin encenderla. Para hacer que cosiera sin encenderla tenia que presionar el pedal y con la mano mover el volante, era muy cansado, los que saben de maquinas sabrán de que hablo. así fue que lo empecé a hacer yo sola, chueco y con el hilo que tuviera la maquina, Después algo mágico me sucedió, un día estaba desesperada para que se fueran las trabajadoras a comer y yo poder usar las maquinas, Cuando empece a coser me di cuenta que cuando la maquina estaba recién apagada el motor aun se quedaba con un poco de fuerza y yo alcanzaba a coser un poco sin tener mover manualmente el volante, había descubierto una nueva forma de usar la maquina con una velocidad aceptable para mi edad, prendía y apagaba la maquina, prendía y apagaba la maquina, y yo feliz la producción de mi ropita era mayor, pero de pronto no se que le pasaba a la maquina que ya no cosía y me cambia a otra y a otra; hasta que se dio cuenta mi mamá que yo era quien estaba descomponiéndolas, Sin más remedio mi mamá decidió enseñarme a usar la maquina industrial de coser recta a los seis años de edad. Yo me sentía realizada, no sabia cambiar hilos, ni poner carretes, así que si luego encuentro ropa de la que hacía no se sorprendan ver tela rosa con hilo negro. Lo que sucedió tiempo después fue algo que marco mi vida. A los nueve años de edad todas mis compañeras de la escuela y yo jugábamos en la hora de recreo con nuestros Nenucos, todas llevaban sus muñecas con la misma ropa de siempre, la que tenia la muñeca desde caja, y yo cada día le tenia outfit diferente, para lo que pronto mis amiguitas me pidieron que les hiciera también ropa a sus muñecas, sí les hice a varias, hasta que pensé "no pues esto no funciona así", y le puse precio a la ropa. Entonces por la tarde me encuentran mis papás cosiendo en el taller y me preguntan del porque estaba haciendo tantas prendas iguales, yo les conteste "es porque tengo pedidos", y les mostré mi libreta con la lista, se les hizo tan tierno que me quisieron complementar el negocio, así que me acompañaron a la papelería por notas de remisión, yo me sentía como si estuviera jugando pero de verdad y más aun porque gane dinero por algo que yo misma había realizado, ahí fue cuando mi mamá me dijo por primera vez “vas a ser diseñadora de modas”, y nunca nadie pudo quitarme esa idea de la cabeza.
4 Comentarios
Cruz Zavala
3/25/2018 03:13:42 pm
Que increíble historia Pau!! los que crecimos como tú con él diseño, siempre terminamos conectando nuestro que hacer con la creación, en hora buena y siempre adelante, siempre!
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Paulina Ortega
3/25/2018 03:39:16 pm
Muchas gracias Cruz 😀 🤗 te mando muchos saludos.
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Ale Díaz
8/30/2020 01:44:07 am
Que increíble y tierna historia, te comparto que me incluyo en la lista de las personas que se preguntaban cómo siendo arquitecta también eres diseñadora de modas
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9/1/2020 05:51:56 pm
Hola Ale, muchas gracias!!!!
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